Usar lentillas puede ser una experiencia liberadora para quienes buscan comodidad visual y un cambio estético.
Sin embargo, no siempre es un camino sencillo, y muchas personas experimentan molestias que les puede hacer pensar en «intolerancia» sin saberlo.
Sigue leyendo y descubrirás trucos clave para que no te molesten las lentillas, aprenderás a elegir las adecuadas y los síntomas que pueden hacer que toleres menos las lentillas.
1. Identifica las principales causas de la molestia.
La incomodidad al usar lentillas puede deberse a múltiples factores. Entre los más comunes están:
- Ojo seco: Una hidratación insuficiente puede hacer que las lentillas se sientan ásperas o incómodas.
- Mala higiene: Manipular las lentillas con manos sucias o no limpiar los estuches puede causar irritaciones.
- Uso prolongado: Incluso las lentillas diseñadas para largas jornadas tienen un límite de uso diario que lo marca tu ojo y sus condiciones.
- Material inadecuado: No todas las lentillas son iguales; elegir las que no se adaptan a tus ojos puede ser un error.
Solución: Mantén tus lentillas limpias, utiliza líquidos para lentillas de calidad y respeta los tiempos de uso recomendados.
2. Aprende a elegir las lentillas adecuadas.
La variedad de lentillas en el mercado puede ser abrumadora. Te damos algunos consejos para hacer la elección correcta:
Lentillas diarias vs. mensuales:
- Las lentillas diarias son ideales para quienes buscan comodidad y evitan limpiezas frecuentes y para quienes tienen más sensibilidad a productos químicos.
- Las lentillas mensuales son más económicas, pero requieren un mayor cuidado. Aquí, la solución de mantenimiento juega un papel muy importante: No todas las soluciones son óptimas.
Material: Las lentillas de hidrogel de silicona permiten una mejor oxigenación del ojo, reduciendo el riesgo de sequedad y los super hidrogeles, por su comodidad y más que suficiente paso de oxígeno
Condiciones específicas: Si tienes astigmatismo, ojos sensibles o presbicia, busca lentillas diseñadas para estas necesidades.
Consulta siempre con un especialista para determinar cuáles son las más adecuadas para ti.
3. ¿Podrías ser intolerante a las lentillas?
Aunque no es común, algunas personas desarrollan MENOR TOLERANCIA a las lentillas, lo que puede manifestarse con los siguientes síntomas:
- Irritación constante, incluso con el uso adecuado indicado.
- Sensación de arenilla en los ojos.
- Ojos rojos o hinchados tras pocas horas de uso.
Qué hacer si tienes estos síntomas y sospechas que eres intolerante a las lentillas:
- Consulta a tu oftalmólogo para descartar alergias o infecciones.
- Prueba lentes de contacto diferentes o especialmente indicadas diseñadas para ojo seco.
4. Trucos prácticos para maximizar la comodidad.
- Limpia tus lentillas con cuidado: Usa soluciones específicas de primeras marcas que cumplan tus necesidades de: sequedad, lagrima grasa, depósitos de calcio, ambiente seco, etc y nunca agua
- Descansa tus ojos: Aunque las lentillas sean cómodas, dales un respiro usando gafas de vez en cuando.
- Hidrata tus ojos: Lleva siempre gotas oftálmicas recomendadas por tu optometrista que sean compatibles con las lentes de contacto y se adecuen a tus ojos, si engrasas mucho las lentillas, tienes déficit de lágrima, lágrima grasa, alergia, etc
Conclusión
Las lentillas pueden ser una solución fantástica, pero requieren cuidados y una elección adecuada para evitar molestias. Si experimentas incomodidad constante, es crucial identificar las causas y consultar a un profesional.
Con estos trucos para que no te molesten las lentillas y un uso adecuado de las mismas, disfrutarás de una experiencia cómoda y segura.
¡Tus ojos lo agradecerán!
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